sábado, 4 de octubre de 2014

Poema de un ex alumno..

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                          LA MÁS HERMOSA, LA MÁS ALTA






No sé si es mi memoria la que me trae el recuerdo,
o es que aquel día me quedó grabado en el fondo del alma.
La conocí en mi escuela, aquella escuelita,
con techos de chapas, un patio de tierra y paredes tan blancas.
Yo era tan niño….y ella….. Tan hermosa, tan alta.
A la mañana todos formados, paraditos bien firmes,
con respeto y cariño…… cantábamos.
Y otros chicos la llevaban bien alta.
Que envidia sentía. Que envidia tan tierna….
Pero estaba seguro, que alguna vez, me tocaría izarla…
Cuándo al recreo la campana llamaba;
Los chicos corrían, gritaban,…. ¿y yo?….
Que se yo por qué, me quedaba parado a sus pies,
la veía ¡¡¡ Tan hermosa, en el cielo tan alta !!!
Pero el día llegó. Si…. Fue un 20 de Junio; que frío que hacía,
un cielo muy claro, un sol suavecito y caprichosa la escarcha.
Con otros chicos fui elegido, mi pecho era ancho
no podía creerlo que a mí me tocara.
Con cuanto cariño y muy despacito la llevamos bien alta.
Tiritaba de frio, o de miedo, no sé….
Pero sé que temblaban mis piernas.
De reojo busque a mi maestra y encontré a mi viejito
con su saco azul y su camisa blanca.
Que serio, que firme, parecía un soldado, parecía una estatua.
Y de él recordé estas palabras, que nunca olvidé;
“Mírala bien, ama los colores, porque esos colores, son los colores
que un hombre le dio al amor por la patria”.
El acto fue hermoso, habló mi maestra,
bailamos un tango, otros chicos vestidos de gauchos, una zamba,
Hubo poemas, y muchos aplausos, y al final una rifa.
Y yo no sabía, que aquella mañana
se me estaba tallando los pliegues del alma.
A la salida, mi maestra, me aplastó los cachetes
me dio un beso en la frente y encontré a mi padre…..
Parecía una banderita, con su saco azul y su camisa blanca.
Con una angustiosa alegría, me dio un abrazo muy fuerte.
Se sentía orgulloso….y yo con mi nariz ensucié su solapa.
Y hoy….. Se me calientan los ojos, al destejer con mis letras
a tan hermoso recuerdo…..y sueño….si….¿por qué no?
Sueño………con volver a ser niño;
En mi escuela….. Aquella escuelita con techos de chapas,
un patio de tierra y paredes tan blancas.
Ver a mí bandera en lo alto, con su suave vaivén
acariciando mi cielo……….
Es por eso que a ella le escribo,
Porque hoy no quiero……no….. No quiero
Y si quisiera no podría olvidarla.

Omar Agustín Pérez

3 comentarios:

  1. Primer Parte.
    Esto es parte de una historia personal y también podría decir íntima, porque es ese tipo de historia que hace muy bien al alma y más que nada porque tiene que ver con mi niñez, esa hermosa etapa, esa que me formó como ser humano.
    Yo llegué a los cuatro años de edad y con mi familia a un pueblito llamado Manzanares en el partido de Pilar en la provincia de Buenos Aires. Proveníamos de un paraje ferroviario en el medio de la nada del sur de la provincia de Mendoza.
    En Manzanares comencé mi escuela primaria. En un punto creo que era un adelantado para mi edad, esto lo digo porque recuerdo muy bien que antes de comenzar el primer grado, mi padre me enseñó a cantar el himno nacional.
    Cuando comenzaron las clases ya sabía de memoria el himno y estaba aprendiendo Aurora. Todo esto gracias a mi padre, un hombre recto y muy emotivo. De él escuche por primera vez las palabras San Martin y Belgrano. El me inculcó de tan pequeño el respeto por los símbolos patrios, por las personas mayores, a comprender a y tenerles paciencia a las personas con capacidades diferentes, y el valor de la amistad entre otras cosas. Y haciendo memoria puedo recordar algunas cosas que me dijo cuando ya era un adolescente, y que me quedaron grabadas, tal vez porque en ese momento no las comprendí.
    Por ejemplo me decía: cuando hables de una mujer acordate, que mujer también es tu madre.
    Si alguna vez llegas a tener un enemigo espera que al menos tenga una virtud “que sea justo”.

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  2. Segunda Parte.
    Ahora bien; el primer y segundo grado fue para mí como para cualquier otro chico; Fueron dos años de descubrimientos, de expectativas, pero esta historia comienza cuando curso el tercer grado.
    Yo veía que a la mañana, la directora, (mi maestra de grado, la Sra. Anatilde Lynch) elegía a los chicos que tenían que pasar a izar la bandera. No sé en realidad como, pero si sé que se despertó en mí una necesidad que se transformó en una obsesión. Me preguntaba cuando me iba a tocar; así pasó mi tercer grado, nunca me tocó.
    Al año siguiente esa ilusión se acentuó mucho más, pero yo seguía si pasar. Un día le pregunte a mi padre ¿por qué? Su respuesta fue; que tal vez yo no me portaba tan bien como para que tuviera ese honor.
    Pero un día la maestra eligió pasar a un chico que el día anterior lo había dejado en penitencia después de hora, por pelearse con otro en el recreo al que también lastimó. Ese día me pregunte más que nunca ¿Por qué yo no?

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  3. Parte 3
    Pero un día mientras comía unas galletita en el recreo siento que me apoyan una mano en el hombro, era mi maestra, y me dijo: “Omarcito, prepárate que mañana vas a pasa a izar la bandera antes del acto”.
    Hoy no encuentro palabras para expresar lo que le paso en ese momento a mi cuerpo y mi alma, pero si se que ese día llegue más rápido que nunca a mi casa para contarles a mi mamá y mi papá.
    Como siempre en la víspera de cualquier fiesta patria, mi madre me tenía preparado un guardapolvo que era de uso exclusivo y mi padre era el encargado de planchar el pantalón, porque le gustaba dejarlo con la raya bien prolijita y me dejaba los zapatos como a dos espejos mellizos.
    Creo que esa noche dormí en cuotas. Cuando desperté veo mi guardapolvo planchado y adornado con una escarapela, la de siempre, pero para mí en ese momento era la más bonita. Así fue que se me cumplió un sueño “PASAR A IZAR MI BANDERA” y como si fuera poco ese día fue el 20 de junio, si, el 20 de junio de 1968, un día jueves, si mal no recuerdo.
    Después pase muchas veces más y cada vez que me tocó fue una emoción.

    Cuando tenía 12 años nos mudamos a Jose.C.Paz, cuando me casé me mude a Casanova. Pasaron los años, y si bien siempre quise volver a ese pueblito, encontrarme con aquellos chicos y mi escuela, siempre lo postergue, tal vez porque me pasó lo que les pasa a muchos, nos dejamos arrastrar por ese torbellino de preocupaciones que nos consume.
    Un día posterior al último censo nacional del 2010, me levanto a las 5 de la mañana, mi esposa me pregunta asombrada ¿a dónde vas a ir a esta hora? A Manzanares quiero ir a visitar a mi escuela, le contesté.
    Era un día de asueto, y después de tres horas de viaje, me conformé con verla desde afuera. Pero antes de terminar el año volví. Volví en el mes de noviembre. Serian las 9 de la mañana. Me hice anunciar con un señor que oficiaba de portero.
    A los cinco minutos sale a recibirme la directora, (La Sra. Cristina) me agradeció la visita y me acompañó a recorrer las instalaciones. En un momento me paré frente a mi aula tratando de no molestar a la maestra que estaba dando clases, y creo que de forma automática mis ojos buscaron el lugar de mi banco, junto a la tercera ventana. Ahí estaba un chico negrito como yo, creo que me sentí identificado. Luego fuimos a la biblioteca, a la cocina, después al comedor.
    Cuando salimos lo hacemos por la puerta que da al patio. Ahí estaba ella, mi bandera, flameando, la imagine que me recibía con la misma alegría que una madre recibe al hijo después de mucho tiempo sin verlo.
    En ese momento sentí que me atropellaron los recuerdos y por sobre todo el de aquel 20 de junio.
    Es increíble cómo se pueden recordar tantas cosas en un par de segundos.
    Y no conforme con esto cuando salí de la escuela me senté a la sombra de un árbol a observar como jugaban los chicos en el recreo.
    Antes de volver a mi casa recorrí todo el pueblo, a lo ancho y a lo largo, y por supuesto en cada rincón me esperaba un recuerdo.
    Cuando llegue a mi casa comenté a la familia lo vivido ese día y después de cenar me senté a escribirle a ese recuerdo, uno de los recuerdos que más me marcó en mi niñez. Entonces comencé diciendo “LA MÁS HERMOSA LA MÀS ALTA”

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